Esta es la sinopsis principal de esta serie, considerada una obra maestra en Alemania. Ahora entraremos en ésto último. Pero yo me quedo con una premisa más: el caso es que los libros, las obras de teatro y, sobre todo, el cine nos ha mostrado a los nazis con un estereotipo bastante típico: rubios, gritones y dispuestos a todo por su Führer. Pero...¿a nadie se la ha ocurrido pensar que no todos los alemanes eran unos hijos de Satán? Es decir, no todos creían en la dictadura de Hitler, de los cuales muchos fueron obligados a ir a la Guerra porque no les quedaba otra y dejar de lado a su familia. Y no era tan difícil pensar en ello para crear una serie o una película, la verdad.
Quizás fue Roman Polanski el que acercó (al final de la peli, eso sí) el lado un poco más "humano" de los nazis en la magnífica película El Pianista, con la historia de Wladyslaw Szpilman y cómo éste se salvó gracias al buen corazón de un soldado alemán. Hay que pensar que los alemanes fueron víctimas también del nazismo, y que, como decimos en España eran unos 'mandaos'. O hacían caso de las ordenes de Hitler, o morían ellos. Y a veces, ni eso los salvaba. Ahora, seguramente, me recordaréis algunos títulos literarios, donde los alemanes son los que sufren. Que os conozco. De todos modos, es curioso que uno de los temas más criticados de la serie, precisamente sea que no sale el arquetipo de nazi que todos conocemos. Avisados de esto, y si esperáis algo así de esta serie, la solución es no verla, y ya está. Eso sí, aunque no abundan, los nazis "malos" salen. ¡Y de qué manera!
¿Y por qué esta serie está considerada una obra maestra? Realmente, calificarla de "obra maestra" me parece un término exagerado, pero si me pongo a pensar encuentro varios motivos: la magnífica ambientación de la época y la excelente recreación del Apocalipsis de esos años. A eso, le unimos una buena fotografía, una gran dirección y unas interpretaciones convincentes. El resultado es más que satisfactorio, sin duda, un cóctel "imperdible". Personalmente, me considero 'fan' de las series y películas históricas, así que con Hijos del Tercer Reich disfruté mucho. No lo voy a negar.
Durante el visionado me ha recordado a una serie que, seguramente, es el espejo en el que se fijó: Hermanos de sangre. Esa serie producida por Steven Spielberg y Tom Hanks, y muy bien llevada a la pantalla pequeña por la HBO, a principios del siglo XXI. E Hijos del Tercer Reich, no tiene nada que envidiar a esta superproducción norteamericana. Personalmente, la alemana no le llega ni a la suela de los zapatos a la estadounidense, pero no tiene nada que envidiar al respecto.
Como nadie es perfecto, esta serie también tiene algunos puntos en los que flaquea un poco. El más importante, al menos para mí, es en la veracidad de la historia. Me explico: si los americanos siempre han sido los héroes en todo, ¿no podría ser que los alemanes, al ser una serie propia nos estén "maquillando" un poco algunas cosas? Hitler llevaba ya un par de años dando por saco, por lo que no me acabo de creer mucho que los protagonistas no sepan a lo qué iban. Si los hubieran pintado como aliados y no como "angelitos de la caridad", me lo hubiera creído un poco más. Este tema, y que esperaba un final un poco más trabajado, son los únicos 'peros' que le puedo sacar a esta serie.
Y acabo comentándoos que si os animáis a echarle un vistazo, la serie solo consta de 3 episodios y que todos ellos no llegan a la hora y media de duración. Por lo tanto, es posible que os ocupe unos 3 días, suficientes para ir pensando que serie (larga) iniciar, mientras disfrutáis de una visión totalmente diferente de la Segunda Guerra Mundial. Os dejo con el tráiler, dónde veréis la magnífica ambientación de la cual os comentaba unas líneas más arriba:
No hay comentarios:
Publicar un comentario