Decir adiós
a una serie es muy difícil. Aunque suene exagerado, es como si te despidieras
de algún amigo o de algún se querido al cual no volverás a ver, solo te quedará
el recuerdo de los videos o de esas fotos en el cual aparecen retratadas esos
momentos que tantos buenos momentos te hicieron pasar. Pues a mi con la series
me pasa algo parecido. Y más si han convivido contigo durante tanto tiempo. ¿O
no nos costó imaginarnos la vida sin Friends, tras 10 años acompañándonos? ¿Y
qué pasará cuando Matt Groening finiquite a sus Simpson en su, se rumorea, 30ª
temporada? Bueno, en este caso, es un mal ejemplo ya que siempre tendremos ahí
a Antena 3 para recordárnoslos. Y cuando
se acaba, ¿qué sucede? Es como cuando tu pareja te abandona y la has de sustituir
por otra que, a lo mejor no le llega a la suela de los zapatos a la anterior.
Acaba una serie y te quedas con la sensación de…¿y ahora qué?
Bien, está
claro que habéis entendido mi pasión por las series y que me hacen llegar a
decir cosas como éstas. Digo esto porque el pasado 18 de Enero y en primicia,
pudimos vivir en España el final de Fringe, una de esas series que quedarán en
la memoria del espectador durante mucho tiempo. No solo por el altísimo nivel
mostrado en cada uno de los capítulos, sino que son episodios que sirven para
unir tramas que se muestran a medida que avanza la serie. ¡Esa gran imaginación
de los guionistas! Da la sensación de que tenían escritos los 100 capítulos de
la serie (tanto de su inicio como de su final) desde el principio, para no dejar escapar ningún detalle en esa ‘season
finale’ que tanto hemos disfrutado y una ‘finale’ que nos ha hecho emocionar a
más de uno.
He de
reconocer que acogí la serie en su día con bastante escepticismo y, si empecé a
seguirla fue porque su creador JJ Abrams me había dejado una muy buena
sensación con las 3 primeras temporadas de Perdidos, más aún cuando el episodio
piloto se inicia con un accidente de avión. ¿Os suena, verdad? Pues no se
parece a esa serie nombrada, ni por asomo. Además la premisa no es nada
halagüeña ya que tiene el esquema típico de: 'Presentación del caso + Resolución
y problemas del caso + Caso resuelto'. Pero no os dejéis engañar por ese esquema
porque cada capítulo tiene su explicación en temporadas posteriores. Después,a
partir de la 2ª temporada descubrimos otro universo paralelo que nos dio paso a
unas 1000 preguntas más, que quedaron resueltas entre la 3ª y la 4ª temporada,
ésta última que ya dio pie a fuertes rumores de cancelación o de, como pasó,
hacer una 5ª en la cual zanjar temas pendientes en el menor tiempo posible.
¿Y por qué
me ha emocionado este doble capítulo final? Primero, porque decimos adiós a
personajes carismáticos y, me vais a permitir la licencia fans de Olivia, de
Peter, o de Astrid, pero el que más ha destacado o al que más hemos querido
durante todos estos años es el de Walter Bishop. Pero nos ha abandonado a lo
grande, siendo un héroe y siendo la persona que ha salvado al mundo de los
Observers. Y ese detalle final enviándole la carta a su hijo Peter con el dibujo simbólico de la serie. Por más vueltas que le doy, no logro encontrar una manera mejor
de decirle adiós al personaje de Walter. Anteriormente se había reencontrado
con Gene, su querida vaca atrapada en ámbar, y por fin, había recordado el
nombre de Astrid (99 capítulos ha tardado). Ha sido un momento emotivo y, por
qué no decirlo, divertido a la vez. A Walter le dijimos adiós, como he dicho,
siendo un héroe, llevándose al pequeño Michael a cruzar ese portal que salvará
la vida de toda la humanidad y que permite, además, que Olivia y Peter se
reencuentren por fin con su hija Etta a través de ese abrazo que parecía que
nunca iba a llegar y que llevábamos esperando desde el inicio de la temporada.
Pues sí, después de todo lo vivido, la pareja merecía ser feliz.
Mención
aparte el de los guionistas en recuperar en este doble capítulo a algunos de
los personajes que también ayudaron a mantener la trama de la serie hasta esos
instantes finales que antes mencionaba. Porque sin ellos, Fringe no sería la
que es. El sargento (ahora agente) Broyles ayudando hasta el final a Olivia y
los suyos. Y…¡como no! No nos podíamos olvidar de algo muy esencial en todas
estas temporadas de Fringe: el universo paralelo y el cortexiphan, el cual
ayuda a Olivia a volver a reencontrarse con su alter ego paralelo: Altivia. Y
junto a ella, Lincoln, al cual dejamos en la 4ª temporada cruzando ese universo
y nos quedamos con la sensación de que no sabíamos si estaba haciendo bien.
Pues sí, hizo muy bien, ya que 21 años después él y Altivia siguen felizmente
juntos (desconozco si casados) y con un hijo. Ellos, además son los que ayudan
a Olivia a poder volver con el pequeño Michael a su universo y resolver la
trama. Una trama que acaba con la apoteosis final de acabar con todos los
Observers con el esparcimiento de los pasados 'casos Fringe'. Muchos los
recordaréis: cabezas que estallan, personas que flotan como un globo, mariposas
que acuchillan, cierre de orificios…
Y aquí os dejo el video promocional del capítulo final:
Firmado por: Deivit
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